El cielo se cubre de un mando de nubes grises presagio de que la lluvia tardará poco en aparecer.
Las calles toman un color de tristeza. Las hojas caen al suelo por el viento que acaricia los árboles.
Todo es silencio. Las calles se convierten en ríos sin vida pues apenas se ven almas errantes
Al amainar la lluvia, cobra vida el transitar de las personas.
El ir y venir de gente hace que afloren paraguas en las calles para cubrirse de un ORBALLO, que cala hasta los huesos.
Calles mojadas y naranjos cubiertos de un alivio por la cantidad de agua recibida.
Siempre es apetecible disfrutar de un agua del cielo que significa la vida a un pueblo.
Tenemos tan mucho viento y lluvia Paco.
ResponderEliminarUn cordial saludo amigo .
Jean-François. www.jfbaphotographie.com
Ainsss... no puedes separar el poeta del fotógrafo eee
ResponderEliminarEstas imágenes poco dirían sin la fuerza de tus letras, que las dotan de vida, de esa historia que nos quieren relatar en silencio.
Besitos azules mi querido amigo, preciosa entrada, muassssssss
Que verdad dices, sin nuestra querida agua no seriamos nada y esos hermosos naranjos
ResponderEliminarquedarían secos. Cuando llueve es una bendición aunque por momentos estés deseando que pare un poquito.