Entre palabra y palabra, los días de mercadillos son un placer contactar con la gente
Se debate los temas de actualidad con las horas de sol
Las dudas surgen y se delibera qué comprar en estos tiempos que corren.
La sombra acoge con sus brazos abiertos . Así se consuela el riguroso calor del verano.
Pasan los días. El calor provoca estar en la calle pero resguardado del sol.
Desde la mañana , la limpieza es una forma de vivir.
Un caminante que va, otro que viene...todo es un conjunto de sensaciones que hacen devorar las horas.
Las tertulias prosperan para la buena armonía de la gente.
El pueblo se mueve antes de que los rayos calurosos afloren en todo su esplendor.
Es mediodía. El calor ya abrasa. La gente mitiga su fuego interno con una cerveza fresca .
Tanto en el día como en la noche....Silencio, esto es un pueblo.
Muy feliz de ver esta foto Paco y este pueblo, todavía algunos días de paciencia y sería entre usted.
ResponderEliminarRecuerdos.
Jean-François. www.jfbaphotographie.com
Estupendas fotos del quehacer cotidiano en los días veraniegos. Menudas cuestas tiene tu pueblo. Bonito el monumento al vareador.
ResponderEliminarSaludos
Bueno, primo, eso de silencio... no sé que decirte, sobre todo cuando empiezan a funcionar las motos, y los coches, a las 7 (o antes) de la mañana, y las dejan encendidas mientras charlan amigablemente junto a las ventanas de las alcobas, que bien lo sé por experiencia, jeje. Silencio, antes, cuando yo era pequeña. Eso sí que era una gloria de pueblo. Escuchar tan sólo el canto del gallo, el sonido de los cascos de los burros y los caballos, y el ladrido de los perros. Sonidos naturales que le dan esencia al pueblo (el de antes, claro) :)
ResponderEliminarCómo me gustaría poder darme un paseo por ese mercadillo, primo.
Abrazos.
Mari Carmen